Cuando Luly se aburre, me llama. Allá voy yo, le busco un juguete, juego un ratito con ella y la dejo, entretenida... Al rato, me llama. Voy. El juguete desapareció por arte de magia. Me zambullo debajo de la cama. Lo encuentro. Se lo doy. Juega. La dejo sola de vuelta. Al rato me llama. Voy. El juguete volvió a desaparecer. De vuelta yo buceando bajo la cama... Y así otra, y otra, y otra vez... Luly es incansable. Mis zambullidas debajo de la cama, son incontables... Y así quedo, con la cintura reventada y Luly mirándome, esperando que le encuentre a su juguete...
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